Crumble de pisto

En uno de esos vaivenes míos con el blog, he decidido retomar la actividad al ver que los tuiteros gastronómicos están muy animados. Lo de la megagalleta me encantó!!!

Razones por las que en ocasiones no me apetece seguir con esto:

Me da la sensación de que la blogosfera gastronómica se ha convertido en una especie de competición de comentarios agradables a los blogs que visitamos habitualmente. Creo que estoy suscrita a más de cien blogs de cocina. Es completamente imposible para mí, que trabajo mañana, tarde y noche comentar en ellos. Y  menos si lo único que tengo que decir es “umm, qué rico”.

Me da la sensación de que se ha generalizado el rollo tumecomentas-yotecomento. Yo no puedo participar en eso porque, aunque quisiera, no tengo tiempo material para ello. Ya quité el contador de visitas de mi página porque no quería que se convirtiera en mi  objetivo. Si me visitáis mejor y, si no, tampoco pasa nada. Yo paso por los blogs en silencio y de puntillas ;-)

 

En fin que el objetivo inicial de esta página era tener recopiladas las recetas que me salieran bien, fueran rápidas y a ser posible engorden poco. Vamos a tratar de que sea así…

La receta de hoy es poco original. Me compré estas minicocottes tan monas y decidí estrenarlas. Solución: crumble de pisto. Y ¿cómo se hace? Pues con pisto (aquí la receta) y un topping de crumble por encima (yo seguí esta receta de Food&Cook). Al horno, 20 minutillos y listo. Queda espectacular y muy vistoso.

 

 

 

 

Por cierto, me he dado cuenta de que en mí índice de recetas faltan un montón de recetas, snif, snif

Alubias blancas con setas y butifarra aragonesa

Una receta del blog Pecados del monaguillo, que podéis consultar en su versión original aquí.

 

Como variaciones, yo he usado alubias blancas en lugar de fabes y setas shiitake, además de utilizar butifarra aragonesa. Por lo demás lo he hecho igual que él indica, así que no repetiré la receta. La seta de adorno es un boletus hecho a la plancha con ajo picado.

Pastel de patata y atún

Comienzo septiembre con el firme propósito de recuperar el blog y descubro que me he cargado todas las fotos de recetas que he ido haciendo en los últimos meses. Solo se ha salvado esta del pastel de patata y ni siquiera fotografié el corte. Espero que os hagáis una idea…

 

Es una receta familiar recuperada que me decidí a probar a petición popular. Se trata simplemente de de dos láminas de puré de patata rellenos con atún, huevo duro y tomate frito. Una vez desmoldado se cubre con mayonesa y se adorna. Queda lucido.

No tiene mucho misterio, pero pongo la receta:

- Pure de patata: yo lo hice de sobre, pero obviamente estará más bueno si se hace en casa. Para un molde de silicona rectangular de tamaño estándar usé un sobre.

- Leche y matequilla para hacer el puré.

- Tres latas de atún en aceite de oliva.

- Tomate frito al gusto.

- Dos huevos duros.

- Mayonesa.

- Olivas y lo que se quiera para decorar (queda muy bien con tiritas de pimiento rojo).

Hacer el puré como indica el envase. Mientras mezclar en un bol el atún el tomate frito y uno de los huevos duros cortado a trocitos no muy pequeños. En un molde (yo he usado uno rectangular) poner una capa de puré de patatas, cubrir con la mezcla del atún y terminar con otra capa de puré.

Dejar enfriar en el frigorífico un par de horas. Desmoldar y cubrir con mayonesa. Decorar al gusto. Ojo, es mejor que las capas de puré no queden demasiado gruesas. Llena un montón…

Patatas a la riojana

Tras un tiempo desconectada por exámenes y otras cosillas vuelvo para no aportar demasiadas novedades: hoy toca un plato de siempre.

Desde que probé la receta de José Andres las hago siempre de esta manera. Yo la tengo en el libro Los fogones de José Andrés, que recomiendo a todo el mundo. Son recetas fáciles y que siempre salen bien.

 

Por cierto, si alguien quiere ver el programa de televisión en el que el cocinero hace este plato lo puede ver aquí. Por cierto, un alma caritativa se ha dedicado a recopilar y volcar en internet todos sus programas. Aquí tenéis los enlaces.

 

Se necesitan:

- Patatas: tres o cuatro.

- Chorizo para cocinar.

- Una cebolla picada.

- Tres dientes de ajo.

- Dos pimientos choriceros.

Ir rehidratando los pimientos choriceros poniéndolos en un bol con agua caliente.

En una cazuela de barro (por cierto, me duran muy poquito, en la vitro se me rajan con mucha frecuencia) sofreír la cebolla picada con un diente de ajo picado y dos enteros y aplastados. Pelar las patatas y cuando la cebolla esté lista irlas cortando a trozos en la cazuela –chasqueando, sin llegar a cortar los trozos enteros-. Remover bien. Añadir el chorizo a rodajas hermosas.

Ir dando vueltas al conjunto y mientras desprender la carne del pimiento choricero con una cucharilla. Echarla en la cazuela. Verter agua suficiente para cubrir las patatas. En este momento yo a veces añado media pastilla de starlux. Añadir la hoja de laurel. Dejar hervir y bajar el fuego al cuatro o al cinco. Las patatas estarán listas en 15 o 20 minutos.

Otra versión de arroz negro

“Sí haces arroz, haz MUCHO”. Esta es la frase que siempre escucho cuando pongo la cazuela al fuego y saco el bote del arroz. Por variar, el otro día hice una versión de arroz negro que aparece en el libro Cocina aragonesa para todos, que está entregando por capítulos El Periódico de Aragón. La receta no tiene mucho misterio, actualiza la de toda la vida presentando los ingredientes por separado, pero salió buenísima, gracias también al arroz del Cinca que me regaló un buen amigo. No lo había probado, pero lo recomiendo totalmente, nada que ver con los arroces de las marcas blancas de los super. Así de paso usé también unos moldes que también me regalaron hace tiempo y que dormían en los laureles. La foto es mala porque no tenía ganas de sacar la cámara y la hice con el móvil, pero creo que se aprecia el plato.

 

 

Necesitaremos:

-Arroz del Cinca. Yo puse un vaso.

-Tinta de calamar.

-Calamares. En mi caso unas anillas que tenía congeladas.

-Caldo de pescado (dos vasos).

-Un tomate hermoso.

-Una cebolla.

-Dos dientes de ajo.

-Medio vaso de vino blanco.

-Aceite de oliva.

-Perejil.

-Un poco de harina.

 

Cortar los tomates a daditos y ponerlo a macerar con aceite de oliva, sal y un ajo picadito. En una cazuela, poner un chorro de aceite a calentar y cuando esté listo echar la cebolla también picada. Dejar que se haga y cuando esté casi lista, añadir el diente de ajo picadito. Dejar hasta que el ajo esté hecho y añadir el arroz. Dar unas vueltas. Incorporar el vino, en el que habremos diluido dos sobrecitos de tinta de calamar, remover. Y añadir el caldo. Poner a fuego fuerte y cuando el contenido de la cazuela hierva, bajarlo a la mitad. Cuando se haya consumido el líquido, el arroz estará listo. Dejarlo reposar unos minutos.

 

Mientras el arroz reposa, freír los calamares que habremos pasado por un pelín de harina. Montar el plato poniendo el arroz al fondo, los calamares por encima y el tomate macerado. Espolvorear con perejil.

 

Yo lo serví con una ensalada de brotes tiernos. Y con alioli.

Tarta salada de verduras confitadas y queso azul

 

Las tartas saladas son rápidas y fáciles y admiten cualquier combinación. En el día a día no las suelo preparar porque son bastante calóricas. Esta la hice para una comida improvisada –ah, que al final te da tiempo a llegar a comer???-. Como tenía prisa, usé una bolsa de verduras al horno congeladas de Mercadona, que lleva berenjena, cebolla, calabacín y tomates cherry. Siempre tengo también en el congelador masa quebrada u hojaldre y en la despensa leche evaporada, el sustituto light de la nata. La verdad es que estaba buenísima.

 

Se necesita:

 

-Una bolsa de verduras congeladas, si vais a lo rápido, o la combinación de verduras que os guste.

-Bote y medio de leche evaporada.

-Dos huevos.

-Un paquete de masa quebrada congelada u hojaldre.

-Media cuña de queso azul.

-Una cucharada de aceite de oliva.

-Una cucharada pequeña de azúcar.

-Sal, pimienta.

 

Encender el horno y precalentar a 180 grados. En una sartén calentar una cucharada de aceite, verter las verduras del paquete. Dejar que coja temperatura. Cuando dejen de estar congeladas, bajar el fuego al mínimo (en mi caso al 2), espolvorear encima de las verduras la cucharadita de azúcar y dejar que se confiten al mínimo unos 20 minutos. 

 

Mientras, extender la masa quebrada en un molde al gusto del consumidor, untado con un poco de mantequilla, y pinchar la masa con un tenedor. En un bol, batir la leche evaporada con los huevos y el queso azul hasta que todo esté bien mezclado. Salpimentar. Obviamente la cantidad de leche evaporada dependerá del tamaño del molde que uséis, pero yo creo que el que yo usé es el tamaño estándar. Poner las verduras sobre la masa, distribuidas por toda la superficie, y verter la mezcla de huevos, queso y leche evaporada.

 

Meter en el horno algo más de media hora. La masa quebrada debe quedar doradita y el relleno cuajado. Yo la serví con una ensalada de brotes tiernos con aceite de oliva y vinagre de módena.